La comunidad de fe y credo a la que pertenecemos nos plantea la necesidad de vivir las adversidades de la vida con espíritu cofrade.
Son muchas las incertidumbres y desafíos que tenemos que enfrentar a diario, que a veces nos superan y nos ponen a prueba.
Como mitigar el estrés, el miedo, la angustia y desaliento que la pandemia nos provoca. ¿Cómo hacerlo como cofrades?
Hemos visto cómo los más jóvenes de la cofradía se han volcado en atender a todos aquellos que han precisado ayuda durante el confinamiento. Y lo han hecho con Caridad Cristiana. Aún están atentos a aquellos que lo precisan.
La entrega amorosa en el cuidado de nuestros niños y mayores desde nuestros trabajos (muchos de nuestros hermanos cofrades son sanitarios y maestros) ponen de manifiesto la Fe en Ntro. Padre de la Entrada en Jerusalén y su mensaje de AMOR.
La cofradía atiende a todos los hermanos prestando ayuda espiritual, al llevar a nuestros hogares los cultos y otras actividades que mejoran nuestra vida de FE. Nos traslada el mensaje de AMOR Y PAZ que precisamos para vencer el abatimiento, soledad y desesperanza que en ocasiones nos atenaza.
En las salidas procesionales de nuestros titulares, los hermanos damos testimonio de nuestro credo y vivimos en las calles de nuestra ciudad la alegría del mensaje de AMOR Y PAZ.
Este testimonio lo damos hoy desde la esperanza amorosa en que lograremos salir de esta situación, unidos en la hermandad de nuestra cofradía y en la PAZ de Ntra. Señora.
"Cielo y Tierra pasarán, más tu palabra no pasará"
María José Latorre, camarera y servidora de la PAZ
Foto: El Resurgir Cofrade
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